MANIFEST FUNDACIONAL

Oferim el Manifest en versió castellana i en anglès (english version).

1.- Quienes somos, de dónde venimos

Los y las promotoras y firmantes de este manifiesto nos consideramos herederas del hilo rojo catalán, es decir, de las luchas populares sufridas, llenas de victorias y amargas derrotas, del potente tejido asociativo, del trabajo por la lengua, de la autoorganización de los y las trabajadoras, del asamblearismo sindical, de la resistencia feminista ante el cruel patriarcado, de los movimientos estudiantiles, de la solidaridad con los otros pueblos oprimidos, del municipalismo transformador, de la lucha por la completa soberanía de nuestro pueblo, por la liberación social y nacional.

Siglos de lucha y resistencia nos contemplan; de la que fue ejemplo Jaume Compte y el Partido Catalán Proletario durante la pequeña Revolución Popular del 1934 -paradigma de unidad de lucha social y nacional-, o bien Joan Comorera y el PSUC, partido que fue reconocido como miembro de la Internacional Comunista, única excepción a la norma de una sección por Estado. Lucha y resistencia de la que ha sido ejemplo también la Izquierda Independentista, la cual ahora recoge los frutos de décadas de trabajo intenso.

Hace falta ahora, pues, una nueva concreción de este hilo en el siglo XXI, humilde pero digna continuación de las luchas mantenidas hasta ahora, no solo en nuestra tierra, también es necesario que aprendamos de las experiencias socialistas, de los movimientos de liberación nacional, y del combate popular contra el capitalismo y el imperialismo en todo el mundo.

2.- Llamamiento comunista:

Así pues, los y las hijas del hilo rojo catalán tenemos la firme convicción de que se necesita reorganizar el espacio marxista-leninista que tenga como apuesta clara la reivindicación dialéctica de la independencia del país como vía para llegar a la construcción del socialismo, provocando una ruptura democrática con el Estado español y el régimen del 78, que significó la reforma del franquismo para dotar al régimen de una formalidad democrático – burguesa que le permitiera la aceptación en los organismos imperialistas como la UE o la OTAN.

Es decir, encontramos que, a raíz del complejo y contradictorio proceso, se ha generado una rendija que hay que aprovechar para romper con el Estado y construir entre todos y todas la República Popular Catalana, que tiene que generar nuevas dinámicas para la clase trabajadora.

3.- República Popular Catalana 

Consideramos pues, que en el Principado, a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional en 2010 contra el Estatuto de Autonomía (insuficiente y además, recortado), que pasó por encima de la voluntad del pueblo catalán expresada vía referéndum y ratificación del Parlamento de Cataluña y el Congreso de los Diputados, significó un punto de inflexión en la sociedad catalana. Esta experimentó un crecimiento muy fuerte de las aspiraciones soberanistas y democráticas y desembocó en un movimiento popular y de masas con las grandes manifestaciones de los años 2012 a 2015, que por primera vez tenían como reivindicación central la independencia del país.

Creemos que como comunistas tenemos que aprovechar las condiciones subjetivas de cambio y la correlación de fuerzas que se está produciendo en Cataluña a raíz del proceso soberanista, y que pueden traer a una ruptura democrática y el establecimiento de una república donde las posiciones de la clase obrera y las clases populares se vean reforzadas, reconquistando derechos a través de un proceso constituyente y popular que culmine las tareas democrático-burguesas todavía pendientes de realizar hoy en día al Estado español, como consecuencia de la reforma, que no ruptura, del régimen franquista.

Desgraciadamente, creemos que en el resto del Estado español la correlación de fuerzas es claramente desfavorable a la superación del régimen del 78 y se encuentra en medio de una ofensiva neoliberal y recentralizadora que pisa los derechos de las naciones y pueblos que forman parte del Estado. Ante este escenario inmovilista, como marxistas-leninistas no podemos subordinar la cuestión social a la cuestión nacional priorizando un horizonte a estas alturas lejano y utópico cómo es la reforma federal o la celebración de un referéndum, tal como proponen ciertos sectores. Como internacionalistas que somos, no podemos tener miedo a un proceso de autodeterminación cuando este puede significar una oportunidad histórica para hacer avanzar las posiciones de clase, sin olvidar los fuertes vínculos que tenemos con el resto de pueblos del Estado, que siempre tendrán nuestra solidaridad en sus luchas por la emancipación social. Como comunistas catalanes, estamos convencidos de que la autodeterminación de Cataluña es hoy en día la mejor aportación que las clases populares catalanas pueden hacer por el cambio en España, obligando a abrir el candado de la constitución del 78, rompiendo la organización territorial del Estado y abriendo una rendija que puede ser aprovechada por la izquierda de los pueblos oprimidos.

Por lo tanto, desde Crida Comunista apostamos dialécticamente por un proceso de acumulación de fuerzas mediante la Unidad Popular y la ruptura democrática con el Estado español aprovechando la coyuntura actual y la oportunidad abierta con el proceso democrático que vive el país -que hay que hacer girar a la izquierda- para llegar a la proclamación de la República Popular Catalana, como apuesta estratégica de las clases populares por el inicio de la construcción del Socialismo en Cataluña.

4.- Països Catalans

¿Pero qué pasa con el resto del territorio? ¿O cual tendría que ser el marco de actuación de este espacio que reivindicamos? La realidad de los Països Catalans entendido como unos vínculos culturales, de lengua, de historia común… son innegables. Cómo también es innegable que la realidad política, la conciencia social y nacional, y los ritmos son muy diferentes. ¿Entonces, que tenemos que hacer?

Sin duda, entramos en otro tema históricamente polémico para el movimiento comunista en casa nuestra. Se tiene que decir que demasiado fácilmente se ha caído al descartar -unos- o defender -otros- rápidamente un modelo; o lo que es lo mismo, siempre ha habido una carencia de reflexión, de debate abierto y de teorización entre posturas. Hay que abordarlo con valentía y hacer una apuesta claramente marxista y no identitaria, de construcción nacional al Principado y en los Países Catalanes. Sólo así se romperán dinámicas negativas y se podrá avanzar realmente en un proyecto de emancipación.

5.- Las CUP y la Unidad Popular

A pesar de que queda mucho camino para recorrer, es evidente que en los últimos años se ha avanzado en la articulación y construcción de la Unidad Popular, tejiendo un movimiento potente, amplio y heterogéneo, sin perder combatividad ni la esencia anticapitalista. Ahora hay nuevos y mayores retos que habrá que asumir con valentía, y creemos que el espacio que reivindicamos tiene que participar con fuerza para aportar el mejor de nosotros: trabajar la coordinación, el debate y el enriquecimiento de las diversas experiencias en todo el territorio, impulsar los Encuentros, hacer crecer la influencia en los barrios y zona del área Metropolitana, abrir la UP a nuevos sectores, priorizar siempre la presencia y luchas en la calle y no el institucionalismo, etc.

Uno de los actores capitales de esta Unidad Popular son desde hace un tiempo las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), que han multiplicado su presencia en las instituciones -cerca de 400 regidores, gobernando en solitario o en coalición en varios pueblos y ciudades, los 10 diputados en el Parlament…- y ha conseguido visibilizar muchísimo las propuestas y programa de Unidad Popular.

Así pues, vemos muy necesario reforzar el proyecto de la CUP, y que se mantenga como un espacio de encuentro transversal y anticapitalista, de trabajo municipalista, de confluencia con otros movimientos rupturistas como sucede en las Candidaturas Alternativas del Vallès (CAV), en Badalona, Santa Coloma, etc.

6.- Venimos de lejos, y vamos más lejos todavía…

Hasta ahora hemos situado unos mínimos que habrá que profundizar y concretar, además de trabajar otras cuestiones que tienen que estar sobre la mesa, como por ejemplo el nuevo movimiento obrero y cómo encararlo, la lucha por un feminismo de clase, la solidaridad internacionalista con otros pueblos oprimidos y que luchan de varias formas por su libertad (recordamos ahora con fuerza Nueva Rusia, Siria y el Kurdistán…), pero lo que sí que hay que reivindicar ahora es qué tipo de espacio queremos; porque no debemos repetir errores y los tiempos nos exigen madurez.

Queremos un espacio comunista a pie de calle, profundamente feminista, radicalmente democrático, plural y que sepa beber de todas las tradiciones revolucionarias y escuelas combativas, un espacio alejado tanto del reformismo y el institucionalismo cómo de sectarismos y aleccionamientos, que sea desde el ejemplo y la humildad como tendremos que aportar y enriquecer las luchas populares. Esta es nuestra apuesta y no nos conformaremos con menos.

Los y las promotoras y firmantes de este manifiesto, eternas soñadoras, Quijotes irreductibles, fieles al hilo rojo catalán, queremos poner nuestro granito de arena en esta pequeña pero vital empresa de reconstituir la herramienta de los y las trabajadoras. Este tiene que ser el primer paso, de muchos en adelante.

¡Manos a la obra todos y todas!

1.- Who are we, where do we come from

The promoters and signers of this manifest consider ourselves heirs of the Catalan red thread, that is, of the long-suffering popular struggles, with plenty of victories and sour defeats; of the powerful associative networks; of all the hard work for our language; of the workers’ self-organization; of the grassroots unions; of feminist resistance in front of the cruel patriarchy; of students’ movements; of solidarity with other oppressed peoples; of transformative municipalism; of the struggle for the complete sovereignty of our country; for social and national emancipation.

Centuries of struggle and resistance are past us; examples such as of Jaume Compte and the Partit Català Proletari [Catalan Proletarian Party] during the small Popular Revolution of 1934 –paradigm of unity of the national and social struggles – , or of Joan Comorera and the PSUC, party which was recognized as a member of the Third International, only exception made to the principle of “one section for every state”. Another example of resistance and keeping the fight on is the Esquerra Independentista, which now reaps the fruits of many decades of intense work.

It is necessary for this red thread to keep on during the 21st century, as a humble but worthy continuation of the struggles maintained until this moment, not only in our land: it is essential for us to learn from socialist experiences, from national liberation movements and from peoples’ struggle against capitalism and imperialism everywhere in the world.

2.- Crida comunista

So we, the sons and daughters of the Catalan red thread, believe firmly that the Marxist-Leninist space must be reorganized so it has as a clear goal the dialectic defence of our country’s independence as a way to eventually reach the construction of socialism, provoking a democratic breakdown with the Spanish state and the ‘78 regime, which served as a reform to provide the Francoist regime with the democratic-bourgeois formalities required to enter imperialist organisations such as the EU or the NATO.

In other words, we believe that because of the complex and contradictory process of independence, a breach has been created which must be used to break through with the (Spanish) state to construct the Catalan Popular Republic, which has to generate new dynamics for the working class.

 

3.- Catalan People’s Republic

We consider that in the Principality [of Catalonia], the 2010 sentence of the Spanish Constitutional Court against the Estatut d’Autonomia (insufficient, and thoroughly cut down), which ignored the Catalan people’s will as expressed in a referendum and as ratified by the Catalan Parliament and the Congress of Deputies, marked a turning point for Catalan society.

From that point on, aspirations for sovereignty and more democracy coalesced in a popular and mass movement with the 2012-2015 rallies, which had for the first time in history independence as their central point.

As Communists, we believe that subjective conditions for change are ripe, and the balance of power in Catalonia (due to the independence process) may lead us to a democratic breakdown and the establishment of a republic in which the positions of the working and popular classes are reinforced, reconquering rights through a constitutional and popular process which would complete the pending democratic-bourgeois tasks still due in Spain due to the reform and not breakdown of the Francoist regime.

Unfortunately, we believe that in the rest of the Spanish state the balance of power is clearly unfavourable for an overcoming of the 78 regime, and it is also immersed in a neoliberal and recentralizing offensive which stomps on the rights of the nations and peoples which are part of the Spanish State. In this motionless scenario, as Marxist-Leninists we cannot subordinate social issues to the national issues by prioritizing a distant and utopic horizon such as the federal reform or the celebration of a referendum, as some sectors propose.

As internationalists, we cannot fear a self-determination process when this may be an historic opportunity to advance our class positions, without forgetting the strong ties we have with the other peoples of the state, which will always have our solidarity in their struggles for social emancipation. As Catalan Communists, we are convinced that Catalan self-determination is the best contribution the Catalan popular classes can do for change to happen in Spain, forcing the padlock of the 78 Constitution to be unlocked, breaking apart the territorial organization of the State and opening a breach which may be widened and made use by the left of the oppressed peoples.

So, from Crida Comunista, we dialectically believe in a process of accumulation of forces through the Popular Unity and the democratic breakdown with the Spanish state, taking advantage of the current situation and the open opportunity which our country is passing through – and which must be turned to the left – to reach the proclamation of the Catalan People’s Republic, as a strategic approach of the popular classes in their path of construction of socialism in Catalonia.

4.- Països Catalans [Catalan Countries]

But what happens with the rest of the land? Or, which should be the framework of this space we claim? The Catalan Countries, in terms of cultural and linguistic ties and common and shared history are an undeniable reality. Also undeniable are the political reality and the social and national conscience, although its rhythms around the country differ greatly. Thus, what must we do?

Without a doubt, we enter another historically polemic topic for the Communist movement in our home. It must be stated that both defence and opposition to the model [of the Catalan Countries] has been done too lightly; or, what is the same, there has always been a lack of reflection, of open debate and of theorisation between the different approaches. We must face this problem with courage and choose a clear and non-identitarian Marxist approach for national construction in the Principality [of Catalonia] and the Catalan Countries. Only in this way negative dynamics will be broken and we’ll be able to advance in an emancipatory project.

5.- CUP and Popular Unity

Although there still remains a long way forward, it is evident that in the lasts years a lot has been advanced in the articulation and construction of Popular Unity, weaving a strong, heterogenic and wide movement, without losing in combativeness nor in its anticapitalist essence. Now, there’s new and bigger challenges which must be addressed with valour, and we believe that the space we claim must participate with strength to contribute with the best we have: to support the coordination and the debate, to enrich the various experiences around the land, to impulse the Trobades, to make our influence grow in the neighbourhoods and the Àrea Metropolitana zone, to open the Popular Unity to new sectors, to prioritize our presence in the streets and not fall into institutionalism, etc.

One of the crucial actors of this Popular Unity is, from long time ago, the Candidacies for Popular Unity (CUP), that have multiplied their presence in the institutions – around 400 councillors, governing alone or in coalition in various towns and cities, 10 deputies in Parliament… – and have achieved to visualize the Popular Unity’s proposals and programme.

Therefore, we deem very necessary to reinforce the CUP’s project, and to keep it as a transversal and anticapitalist space; a space of municipalist endeavour and of confluence with other progressive movements as the Candidatures Alternatives del Vallès (CAV) or in Badalona, Santa Coloma, etc.

6.- We come from afar, and we are going even further…

Until now, we have established some minimums which we’ll have to shape and work further into, apart from working in other topics which have to be open for discussion, as the new workers movement and how to address it, the struggle for a working class feminism and internationalist solidarity with other oppressed peoples which fight in different ways for their freedom (we salute our comrades from New Russia [Novorossiya], Syria and Kurdistan), but what we have to claim now is what sort of space we want; because we may not repeat errors, and the present times demand us maturity.

We want a Communist space at a street level, profoundly feminist, radically democratic, plural, which can draw from all revolutionary traditions and combative schools, a space far away from both reformism and institutionalism and sectarianism and “revolutionary lecturers”, a space which by example and humbleness will dictate how to contribute and enrich the popular struggles. This is our contribution and we won’t settle for less.

The promoters and signers of this manifest, eternal dreamers, irreducible Quixots, faithful to the Catalan red thread, want to contribute to this small but vital enterprise to reconstruct this tool of (and for) the workers [the Communist Party]. This must be the first step of many.

Onwards, all of us!